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Menorca es la isla más típicamente mediterránea de todas las baleares, con sus playas salvajes rodeadas de pinares y acantilados o sus coquetos pueblos de interior, donde aún se conservan las tradiciones payesas. Declarada Reserva de la Biosfera, los fondos marinos son perfectos para practicar submarinismo, gracias a la pureza de sus aguas poco profundas y a la rica biodiversidad. A continuación, te mostramos algunas propuestas que no pueden faltar en tu viaje a Menorca.
Ciutadella, la ciudad ubicada más al occidente de la isla, fue durante siglos centro del poder político, económico y eclesiástico. Lugar de residencia de nobles y clérigos, la ciudad alberga numerosas casas señoriales y edificios religiosos que han llegado hasta nuestros días. Su casco histórico, configurado por pequeñas callejuelas de origen árabe y medieval, está protegido como Bien de Interés Cultural. Entre sus monumentales edificios, cabe destacar dos del siglo XVII, Can Saura, que alberga el Museo Municipal de Ciutadella, y la Casa Olivar, con una rica decoración de la época. Otra visita imprescindible es la iglesia de Santa María, constituida catedral en 1795, de estilo gótico catalán.
Como isla mediterránea que es, Menorca cuenta con más de 100 calas y playas. Por eso mismo, hay que hacer una selección de las mejores playas para visitar. En el norte destacan la Playa de Cavallería, Cala Pilar, Cala Pregonda y Cala Algaraiens. En la zona sur de la isla se encuentran las más concurridas, como por ejemplo: Cala Macarella y Macarelleta, Cala Galdana o Cala En Turqueta.
Menorca, con sus arrecifes, cuevas y aguas limpias y transparentes, es el paraíso para los submarinistas. La isla cuenta con la reserva marina más grande del Mediterráneo y un sinfín de centros de buceos para que te inicies o sigas avanzando en este deporte. En cuanto a las mejores localizaciones, la Isla del Aire, en Punta Prima, o la Llosa des Patró Pere, cerca de Cavalleria, son las preferidas para sumergirse. No obstante, todo dependerá de los gustos. La costa de Sant Luís, por ejemplo, es perfecta para explorar cuevas.
Menorca cuenta con su propio “Camino de Santiago”, el Camí de Cavalls o “camino de caballos” en castellano. Es una ruta de 185km que rodea la isla y se distribuye en 20 etapas. Su nombre se debe a que este sendero se solía hacer a caballo como forma de vigilancia. Si te gusta combinar deporte y vacaciones, o simplemente te gusta el senderismo, no dudes en hacer una de las etapas, podrás disfrutar de las mejores vistas.
Contemplar la impresionante costa menorquina se vuelve aún más especial si lo haces a bordo de un barco, catamarán o velero. Es la opción ideal para admirar la belleza de la isla, navegando por su litoral y fondeando en sus idílicas calas. Existen diferentes opciones, salidas de un día para dar una vuelta a la isla o excursiones de varios días para vivir la experiencia de darte un baño al amanecer o cenar en cubierta contemplando las estrellas. También puedes elegir la embarcación que prefieras y solicitar la asistencia de un patrón, que se encargará de todo y te guiará hasta los rincones más exclusivos de la isla balear.
Ver el atardecer en Menorca es un must que debes hacer en tu viaje. Existen diferentes puntos para disfrutarlo al máximo, te recomendamos las vistas desde el faro de Punta Nati, pero si te apetece tomar algo mientras lo contemplas, Cova d’en Xoroi siempre es una buena opción.
No es necesario sumergirse en las profundidades del Mediterráneo para admirar la inmensa diversidad marina que habita en las costas de Menorca. Por eso, practicar esnórquel, una actividad asequible al alcance de todos, es una buena opción para explorar el litoral menorquín.
El kayak es otro divertido y sencillo deporte para descubrir a solas, en grupo o en pareja la costa de Menorca. Si nunca has probado a subirte en una de estas pequeñas embarcaciones, te recomendamos hacerlo un día que el mar esté en calma. Como ruta, te proponemos los imponentes acantilados del norte o las suaves laderas de Favaritx.
Menorca cuenta con 7 faros que se reparten por toda la isla. Visitarlos todos puede ser una buena opción para recorrer la recorrerla y conocerla a fondo. En el sentido de las agujas del reloj, los siete faros son: faro Punta Nati, faro de Cavalleria, faro de Favàritx, faro de Mahón, faro de Isla del Aire, faro de Artrutx y faro de Ciutadella.
Más allá de sus paradisiacas playas, el interior de Menorca esconde maravillosas aldeas en las que todavía se puede apreciar la tradición del campo balear. En concreto, en el pueblo de Binissuès podrás vivir una auténtica experiencia rural descubriendo las tradiciones menorquinas. Cada día, este museo viviente recrea una jornada cotidiana en la vida de un payés del siglo pasado. Tendrás la oportunidad de ayudar a cocer el pan, elaborar una pieza de queso artesano, extraer agua con la noria o cuidar de los animales. Se trata de una visita diferente, ideal para hacer con los pequeños de la casa.
La Isla del Rey es un lugar lleno de historia y belleza. Este pequeño islote se encuentra ubicado en el puerto de Mahón y alberga un antiguo hospital naval en desuso, construido durante la dominación británica, y una hermosa basílica paleocristiana, cuyos delicados mosaicos se conservan en el Museo de Menorca. No obstante, la isla tiene mucho más que ofrecer. En 2021, la prestigiosa galería suiza Hauser & Wirth eligió esta ubicación para abrir un centro de arte con un ambicioso programa cultural. El espacio expositivo está compuesto por ocho galerías y un recorrido exterior con esculturas de Martin Creed, Stefan Brüggemann, Hans Josephoson, Paul MacCarthy o Laila Estruch. Además, sus jardines han incorporado variedades de plantas autóctonas y cuenta también con un restaurante que sirve productos locales y de temporada.