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En Sicilia la comida es algo más que un simple alimento, es una forma de transmitir la cultura y de disfrutar el tiempo en familia o con los amigos. Los pueblos que pasaron por la isla han dejado una huella indeleble en sus recetas: griegos, romanos, árabes, normandos y españoles. Los platos se caracterizan por utilizar productos autóctonos como el aceite de oliva, los pescados y las hortalizas frescas, así como los frutos secos (pistachos, uvas pasas y piñones) para aderezar. A continuación, te dejamos una selección de los bocados que no puedes perderte.
Estas bolas de arroz rellenas y fritas, originarias de Sicilia, se encuentran ya en puestos de comida rápida de toda Italia. ¿Arancino o arancina? La diferencia está en la forma y en la zona en la que te encuentres. Si es cónica, entonces tienes delante un arancino, y probablemente estés en Catania. Si es redonda, estás en la zona de Palermo, al oeste, y es una arancina. Las variedades son infinitas: de ragú, de carne de cerdo y guisantes, con mantequilla y bechamel, de salmón, pistacho, berenjena o ricota. También existe la versión dulce, de forma esférica y tamaño más pequeño. Solo tienes que elegir la que más te guste y ¡a disfrutar!
La caponata di melanzane es uno de los grandes clásicos de la cocina del sur de Italia. Esta especie de pisto se elabora con hortalizas frescas como la berenjena, el tomate y la cebolla, a las que se les añade aceitunas, alcaparras y apio. Finalmente, se sazona con vinagre y azúcar, lo que le confiere un sabor agridulce muy especial. Por lo general, la caponata se sirve fría como aperitivo con pan tostado.
La pasta con le sarde es el plato más representativo de la cocina siciliana, ya que combina la esencia marinera de las sardinas con el hinojo de los montes de la isla. Aunque tiene múltiples variantes, la receta más tradicional lleva bucatini, cebolla, hinojo, sardinas, piñones y uvas pasas. Lo más recomendable es probar este plato entre mayo y octubre, que es cuando el pescado azul alcanza su máxima calidad.
El siciliano bruciuluni (conocido en el resto de Italia como braciolone o farsu magru) es un redondo de carne de cerdo relleno de una mezcla de queso típico de la región, carne picada o salchicha. Además, se le puede añadir pasas, piñones, huevo duro e incluso acompañarlo de salsa de tomate. Cada restaurante tiene su especialidad, por lo que las variantes son ilimitadas. Eso sí, cualquiera de ellas es una auténtica delicia.
El postre más popular de la cocina siciliana es el cannolo, un canutillo crujiente elaborado con vino Marsala que se rellena con queso ricotta de oveja y se adereza con chocolate, pistachos y ralladura de naranja. Aunque es un postre típico del carnaval, hoy se encuentra fácilmente en cualquier época del año. Los más famosos son los de La Pignolata en Taormina y los de Eurobar en Trapani.
El gelu i muluni es el postre típico del verano en Sicilia. Se prepara cocinando la carne y pulpa de la sandía a la que se añade canela. A continuación, se coloca en cuencos remojados con el agua dónde se ha dejado reposar jazmín fresco la noche anterior. Se adorna con virutas de chocolate amargo y se guarda en el frigorífico. Por lo general, se sirve en un cuenco de cerámica, aromatizado con una flor de jazmín recién cortada y con canela espolvoreada.
Sicilia tiene una ancestral cultura vinícola que ha dado lugar a denominaciones de origen reconocidas a nivel internacional. Además de acompañar las comidas con vinos de la zona, es tradición finalizar con un licor digestivo elaborado de forma artesanal.
La variedad tinta más representativa de la isla es, sin duda, la nero d'Avola. Es la uva típica de las zonas de Noto y de Avola, donde adquiere más sabor y un carácter especiado que debe a la caliza de los suelos. La nero d'Avola da vinos afrutados con claras notas de cereza, especialmente cuando son jóvenes.
Por otro lado, la uva blanca más popular es la catarratto, de la que se obtiene vinos con una aromática muy equilibrada, sabrosos y con buena estructura. La variedad grillo es más concentrada, con un sabor más intenso y salinidad, ideal para la producción de los famosos vinos de Marsala.
Finalmente, en la zona entre Salina y Lípari se encuentra la denominación de origen Malvasia delle Lipari, que se caracteriza por sus notas de orejones, delicadamente salina, agradablemente fragante y especiada, con un final sulfuroso.
Italia no solo es un país de grandes vinos, sino que también produce licores muy apreciados en todo el mundo. Uno de los más populares es la grappa. Este aguardiente se elabora a partir del destilado de los restos de la uva exprimida, llamados vinacce.
Si te gustan los sabores delicados, entonces te recomendamos el limoncello, un licor suave y refrescante elaborado con limones, aguardiente y azúcar. La clave de esta receta está en la calidad de la fruta y el tiempo de maceración. Los más valorados son aquellos que se preparan con limones de Sorrento, una localidad cercana a Nápoles.
Sicilia, ITALIA
Sicilia, ITALIA