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Como en cualquier viaje al extranjero, es importante tener en cuenta algunos detalles para que tus vacaciones sean todo un éxito.
La documentación necesaria para entrar en Italia varía según el país de origen:
Los ciudadanos de la Unión Europea y de los países adheridos al Tratado de Schengen solo necesitan su pasaporte en vigor o, como alternativa, el documento nacional de identidad válido.
Por otro lado, los que no pertenecen a la Unión Europea pueden viajar a Italia con un pasaporte válido durante al menos tres meses después de la fecha prevista de salida del espacio Schengen.
Dependiendo del país de origen, puede ser necesaria una visa. En este caso, la mejor opción es acudir a tu Embajada y solicitar información sobre todos los pasos y documentos necesarios.
Italia es un país con excelentes infraestructuras sanitarias públicas. Si eres ciudadano de la Unión Europea, tendrás derecho a recibir la atención sanitaria necesaria sin coste alguno. Es aconsejable que solicites antes de viajar la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) o el documento equivalente que acredite tu afiliación a un régimen de seguro médico en un Estado miembro. No obstante, se recomienda viajar con un seguro internacional, especialmente si no eres ciudadano de la Unión Europea, Suiza, Noruega, Islandia, Liechtenstein o de un país con acuerdo bilateral en sanidad con Italia que cubra la asistencia. Es importante también que la póliza contratada incluya asistencia en caso de robo que facilite disponer de dinero en efectivo de forma inmediata en caso de necesidad.
Italia no presenta riesgos sanitarios importantes ni requerimientos especiales de vacunación. Sin embargo, siempre es recomendable tener actualizado el calendario oficial de vacunaciones. En verano, el sol es intenso, por lo que se aconseja utilizar un factor de protección alto, sombrero, ropa fresca e hidratarse con frecuencia a lo largo del día.
La moneda utilizada en Italia es el euro y, en materia de divisas, rige la normativa de la Unión Europea. En los aeropuertos y en las grandes estaciones encontrarás bancos y agencias de cambio para retirar dinero. Asimismo, las casas de cambio y los cajeros están repartidos por todo el territorio. Además del efectivo, puedes utilizar las tarjetas de crédito y débito más populares para pagar tus compras, como Visa o Mastercard. Por otro lado, la propina no es obligatoria y en Italia no hay reglas establecidas, aunque cuando el cliente queda satisfecho con el servicio es habitual dejar algunas monedas.
En toda Italia se aplica la hora central europea (CET). Desde el comienzo del otoño hasta el final del invierno, está en vigor la hora estándar, que corresponde al huso horario UTC+1, una hora por delante de la hora de Greenwich.
Al comienzo de la primavera, entramos en la hora «legal» y se adelanta el reloj una hora (huso horario UTC+2) para aprovechar la luz solar al final de la tarde.
El idioma oficial de Sicilia es el italiano; sin embargo, en las zonas rurales todavía se sigue escuchando el dialecto siciliano. En caso de que no domines ninguno de los dos, no te preocupes, la inmensa mayoría del personal de hostelería habla las lenguas internacionales de uso más extendido: francés, inglés, alemán y español. No olvides aprender alguna frase sencilla en italiano, además de ser una muestra de respeto, te será de mucha utilidad para desenvolverte en la isla.
Tu equipaje dependerá en gran medida del tipo de actividades que vayas a hacer. En invierno la temperatura es suave, pero baja por las noches, por lo que es importante que lleves ropa de abrigo. El verano, en cambio, es muy caluroso, así que te aconsejamos llevar ropa cómoda y fresca. Quizá necesites adaptador para tus dispositivos electrónicos. En Italia, se utilizan enchufes y tomas de corriente de tipo F y L y la tensión de red es de 230 V a una frecuencia de 50 Hz.
Sicilia, ITALIA
Sicilia, ITALIA